Las exministras Gloria Hutt y María Fernánda Suárez cuentan en un evento virtual de MOVE cómo implementaron las políticas de género durante su paso por el gobierno

Romper esquemas, despejar oportunidades, abrir camino: Gloria Hutt y María Fernanda Suárez describen con estas expresiones sus propias trayectorias profesionales. Hutt estudió ingeniería cuando en su país era algo inusual — “de 100 estudiantes, tres éramos mujeres”— y llegó a ser ministra de Transporte y Telecomunicaciones de Chile, cargo que ocupó entre 2018 y 2022. Suárez comenzó en el sector privado, pero un acontecimiento imprevisto la acercó a la función pública y fue ministra de Energía y Minas de Colombia entre 2018 y 2020. Transporte y Energía: dos sectores donde los hombres son una gran mayoría y que tienen una importancia central en la transición hacia la movilidad eléctrica.

“En la medida que nos atrevemos, vamos despejando oportunidades”, dice Hutt. Cuando Hutt y Suárez daban los primeros pasos en sus carreras profesionales, sin embargo, contaban con pocos ejemplos de mujeres en posiciones de liderazgo. “Hay fotos no tan antiguas donde el gabinete completo eran hombres”, recuerda Hutt. Ambas exministras coincidieron en destacar que en sus propias familias encontraron referentes mujeres que les sirvieron de inspiración. “Todavía muchas mujeres crecen en ambientes donde la postergación es parte de la vida diaria. Es un ciclo que tenemos que cortar, hace falta un cambio cultural en el que tenemos que comprometernos todos”, plantea Hutt.

Ese cambio cultural involucra especialmente a los hombres, coinciden las exministras. “Tanto el rol de los hombres como de las mujeres es fundamental para la equidad de género. No es solo un tema de mujeres”, destaca Suárez y recuerda que ella tuvo jefes hombres que tuvieron efecto positivo en su carrera, ya que la empujaron a asumir mayores responsabilidades.

Sus historias son una muestra de los cambios del rol de las mujeres en la sociedad de América Latina y el Caribe, pero también de las barreras que limitan el avance hacia la igualdad. Hutt y Suárez comparten sus testimonios en el evento virtual Mujeres líderes en el ecosistema de la movilidad eléctrica, organizado por la plataforma MOVE del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Mejor calidad del aire y mayor seguridad

Cuando asumieron como ministras, ambas llevaron adelante una agenda que promovió una mayor igualdad de género. Suárez explica que, con el apoyo de Naciones Unidas, implementó una política de equidad de género para el sector energético, tanto en los ámbitos público como privado. En relación con la movilidad eléctrica, destaca un efecto especialmente positivo que tuvo esta política en Colombia: la mejora sobre la calidad del aire. Aunque es un resultado beneficioso para todas las personas pero para las mujeres en particular. Esto es así porque los problemas serios de calidad de aire provocan mayores enfermedades respiratorias en los niños y, dado que su cuidado recae principalmente en las mujeres, esto altera su jornada laboral.

En Chile se adoptó un enfoque de género para todas las políticas públicas, subraya Hutt, y eso repercutió en la forma en que se desarrolló la transición hacia la movilidad eléctrica. “Incorporamos a las licitaciones de transporte eléctrico un premio por más conductoras mujeres, porque ese es un ámbito donde todavía hay un déficit”, cuenta Hutt. La inclusión de más mujeres conductoras tiene otros beneficios. Entre ellos, la mejora en la seguridad vial, ya que las mujeres provocan menos accidentes y también conducen de una manera que consume menos energía. “Hemos medido el rendimiento de la energía en hombres y mujeres manejando los mismos recorridos. Las mujeres rinden 280 kilómetros por carga y los hombres, 260. Por la forma de conducir, el rendimiento de las mujeres es mayor”, cuenta Hutt.

La exministra de Chile ve una oportunidad para avanzar en la igualdad de género en la transición hacia la movilidad eléctrica. Por un lado, porque la tecnología se está desarrollando en un momento donde hay más mujeres en los ámbitos de tecnología e ingeniería. Por el otro, porque hay mujeres preparadas en la administración pública que pueden asumir cargos de mayor responsabilidad. “Yo hice algunos cambios en los niveles directivos y por mérito. Casi todas las divisiones del Ministerio quedaron en manos de mujeres. Hacíamos la selección y siempre había una que llevaba diez años como segunda y era la que más sabía”, cuenta.

Entre los desafíos pendientes, Hutt apunta a la necesidad de políticas públicas de género que aceleren el cambio. De lo contrario, apunta, no es exagerado pensar que puede pasar más de un siglo hasta lograr la igualdad. “Hay una brecha salarial muy importante en Chile, del orden del 20% menos”, precisa. “Mientras la carga doméstica siga estando en la espalda de las mujeres, vamos a tener siempre esta barrera que nos va a impedir un despliegue igualitario”.


El evento Mujeres líderes en el ecosistema de la movilidad eléctrica es organizado por MOVE, la plataforma para promover la transición hacia la movilidad eléctrica en América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).