El 28 de mayo se celebra el Día Mundial por la Acción por la Salud de las Mujeres, como conmemoración del derecho a la salud como derecho humano de las mujeres. En América Latina y el Caribe (ALC), ellas son el 50% de los usuarios del transporte público, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Un sector que representa alrededor del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la región. Por esta razón, la electromovilidad es una de las estrategias por la que apuestan los países de ALC para lograr los compromisos de descarbonización del Acuerdo de París y conseguir avanzar en las políticas de igualdad de género.

Estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) evidencian que más de 150 millones de personas en ALC habitan en ciudades que exceden los límites máximos de las Guías de Calidad del Aire, y México es uno de los países con más muertes a causa de la contaminación en la región. Más del 10% de los fallecimientos está relacionado con la mala calidad del aire, cuya principal causa es la contaminación del parque automotor.

En Ecuador, por ejemplo, el sector transporte es el mayor contribuyente (50,1%) de emisiones de dióxido de carbono, ya que utiliza energía procedente de combustibles fósiles. Los buses alimentados con este tipo de energía contribuyen en gran medida a esta problemática ya que generan emisiones de gases como el dióxido de carbono, el mónoxido de carbono y otros contaminantes.

Esto tiene un impacto mayor sobre las mujeres en ALC, al ser estas quienes principalmente se dedican al cuidad del hogar. En Colombia, por ejemplo, la baja calidad del aire urbano deja más de 124 mil casos de enfermedad en las vías respiratorias inferiores en menores de cinco años, según el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Esto hace que sobre las mujeres recaiga el peso, además del sostenimiento económico de sus hogares y de atender los problemas de salud de los menores, de acuerdo con Juanita Concha, consultora y asesora internacional en ingeniería de transporte, movilidad urbana y regional.

De acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “mediante la descarbonización de la matriz energética y la electrificación total del sistema de transporte (incluido los medios marítimos y terrestres), en 2050 la región podría evitar 1.100 millones de toneladas de CO2 y ahorrar 621.000 millones de dólares por año”. De lograrse este objetivo de disminución de emisiones y conseguir un ambiente más saludable para todos, el impacto positivo sobre la salud infantil tendría repercusiones positivas directas en el bienestar de las mujeres.

Además de los objetivos de descarbonización, las ciudades latinoamericanas están incorporando un enfoque de género y de no dejar a nadie atrás en sus planes de movilidad sostenible. Otra manera de impactar positivamente es a través de la generación de oportunidades laborales para las mujeres.

“A través de la movilidad eléctrica se observa una oportunidad para generar proyectos de transporte que tomen en cuenta como un eje transversal: género. Desde un aspecto económico que promueva empleos o seguridad para llegar a empleos de mujeres, permitiendo que accedan a una mejor calidad de vida y también mejorar la calidad del aire, reduciendo el riesgo de enfermedades respiratorias”, dijo Ana Gabriela, consultora de movilidad eléctrica Ecuador-MOVE, PNUMA.