La start-up colombiana, X-cargo, especializada en la distribución de carga de última milla, tiene la flota de vehículos eléctricos más grande del país, conformada por un grupo de 30 vans y camiones eléctricos, 90 motocarros de última generación, cero emisiones y con capacidad de 310 kg, y de 20 bicicletas con capacidad de 40kg.
Iván Galindo, co-fundador de X-cargo, explica que la compañía nació en 2019 al entender la necesidad de las empresas por ser más sostenibles, en especial, las del e-commerce, sector cuyas ventas crecieron 40,2% en 2021, frente al 2020, según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce). Sin embargo, el costo de la logística en términos de vehículos de cero emisiones era muy alto, operarlos implicaba un costo de hasta un 45% por encima de un vehículo de combustión.
Junto con Luis Fernando Martínez, co-fundador, y Diana Arenas, CEO de la compañía, decidieron explorar alternativas que fueran sostenibles pero asequibles. En un viaje a China surgió la posibilidad de utilizar motocarros, un vehículo con un tamaño ideal para el e-commerce. Por eso, decidieron traer los primeros 40 primeros modelos, desarmados, y montar una línea de ensamblaje, en Tocancipá, un municipio a 22 kilómetros de Bogotá, la capital colombiana.
“Buscamos que la logística de última milla eléctrica sea realmente asequible para todos, que no tengan que pagar adicional por ser sostenibles”, dijo Galindo. Para lograrlo, le apuntan a un modelo de negocio simple y eficiente. Desde buscar diferentes tipos de baterías, diversificar los proveedores, hasta diseñar sus propios centros de carga para no depender de terceros, son algunas de las soluciones que en cada eslabón de la cadena buscan reducir costos.
En vez de tener una operación grande concentrada en una bodega, X-cargo tiene tres bodegas “ocultas” distribuidas en Bogotá, en donde tienen la infraestructura eléctrica. Durante el día realiza la distribución a las diferentes zonas, y en las noches realizan la carga. Uno de los desafíos que tienen actualmente es la necesidad de acceder a puntos de carga rápida, para poder minimizar los tiempos de carga, que son de hasta 12 horas, y maximizar la utilización de la flota, con la cual están recorriendo cerca de unos 10 mil kilómetros al día. Dentro de los análisis de la empresa, están revisando si invierten en una infraestructura que les permita hacer la carga rápida o esperan a que la ciudad masifique los puntos.
Hoy en día, la empresa opera en Bogotá, Cali, Barranquilla y Cartagena, y con planes de operar en Medellín y en otros países como México, Perú y Ecuador. Para eso están en una fase de búsqueda de inversionistas para poder expandir el negocio. “Encontramos una manera de operar la movilidad eléctrica de una manera sostenible social y económicamente y eso nos hace diferentes en el mercado. También es un modelo que requiere inversión importante”, agregó Galindo.
Entre sus clientes, están Dafiti, Linio, empresas de distribuciones de vino, y su apuesta va a ser el ecommerce de pequeñas y medianas empresas, para lo cual están desarrollando diferentes tipos de soluciones. Por ejemplo, con Antillana, compañía de comercialización de pescados y mariscos, están realizando un piloto de transporte de congelados, con los que transportan alrededor de una tonelada diaria, bajando a la mitad el precio del kilogramo en términos de logística.
Para fin de año esperan tener 250 vehículos y seguir apostándole a la sostenibilidad; actualmente, evitan 36 toneladas de CO2 al ambiente, según sus cálculos. Y esperan poder triplicar esta cifra para final de 2022. Además, tienen en la mira otras alternativas, como los son los bicicarros, los cuales están en reglamentación en Bogotá, y que pueden ser un vehículo versátil para realizar rutas más pequeñas y atender otro tipo de comercios.